top of page

Medicamentos y sustancias comunes que pueden elevar tu presión arterial

  • fussionvipmagazine
  • 10 nov
  • 3 Min. de lectura

Por Ysabel Parra

La hipertensión arterial, considerada una de las principales amenazas silenciosas para la salud, puede causar graves daños en órganos como el corazón, el cerebro y los riñones si no se controla adecuadamente. Según la Clínica Mayo, algunos medicamentos y productos de uso diario pueden elevar la presión arterial o interferir con los tratamientos destinados a mantenerla estable

La hipertensión arterial es uno de los problemas de salud más comunes y silenciosos en el mundo. Se caracteriza por el aumento sostenido de la presión con la que la sangre circula por las arterias, una condición que, si no se controla, puede dañar órganos vitales como el corazón, el cerebro o los riñones. Aunque los hábitos de vida, como la alimentación, el ejercicio y el manejo del estrés, son factores determinantes, existen también medicamentos y sustancias de uso cotidiano que pueden elevar la presión arterial o interferir con los tratamientos destinados a controlarla.

ree

De acuerdo con la Clínica Mayo, muchos de estos productos se consumen de manera habitual sin conocer sus posibles efectos sobre la presión. Por ello, es fundamental que las personas con hipertensión consulten siempre a su médico antes de utilizar cualquier medicamento o suplemento, incluso aquellos disponibles sin receta.

Uno de los grupos más frecuentes son los antiinflamatorios no esteroides (AINE), utilizados para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Aunque son efectivos, su uso puede provocar retención de líquidos y afectar la función renal, lo que favorece el aumento de la presión arterial, señala la investigación de Clinic Mayo.

Entre los AINE más comunes se encuentran la indometacina (Indocin), el naproxeno sódico (Aleve, Naprelan), el ibuprofeno (Motrin IB, Advil) y el piroxicam (Feldene). Los especialistas aconsejan que, en caso de hipertensión, se busquen alternativas más seguras, como el paracetamol, y se evite el consumo prolongado de estos fármacos sin supervisión médica, destaca el informe

Algo similar ocurre con los descongestionantes nasales, utilizados para aliviar los síntomas del resfriado o la alergia. Estos productos suelen contener pseudoefedrina o fenilefrina, sustancias que estrechan los vasos sanguíneos y dificultan el flujo sanguíneo, lo que puede provocar un aumento de la presión. La Clínica Mayo recomienda a las personas con hipertensión elegir formulaciones diseñadas específicamente para pacientes con presión alta o consultar con su médico antes de tomarlas.

También algunos antidepresivos pueden alterar la presión arterial. Al modificar la química cerebral, influyen en los mecanismos que regulan la tensión arterial. Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los antidepresivos tricíclicos y algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se encuentran entre los más relacionados con este efecto. En estos casos, es importante controlar la presión con regularidad y comunicar al médico cualquier variación significativa.

En el caso de las mujeres, los anticonceptivos hormonales también pueden elevar la presión arterial, especialmente en aquellas mayores de 35 años, con sobrepeso o fumadoras. Según la Clínica Mayo, el riesgo puede reducirse al optar por métodos con dosis más bajas de estrógeno o por alternativas no hormonales, siempre bajo supervisión médica. Un seguimiento regular ayuda a detectar a tiempo cualquier cambio en la presión y a ajustar el método anticonceptivo según las necesidades de cada paciente.


ree

Por último, la cafeína es otra sustancia que puede influir en la presión arterial. Presente en el café, los refrescos, las bebidas energéticas y algunos suplementos, puede causar un aumento temporal y repentino de la presión, sobre todo en personas que no la consumen habitualmente. Los expertos recomiendan medir la presión arterial unos treinta minutos después de ingerir cafeína para identificar si existe sensibilidad y ajustar el consumo de acuerdo con la respuesta del organismo.

La prevención y el control médico son las mejores herramientas para mantener la presión arterial en niveles saludables. Evitar la automedicación, leer las etiquetas de los productos y consultar siempre con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento son medidas fundamentales. Conocer los posibles efectos de ciertos medicamentos y sustancias puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y un riesgo innecesario.

En definitiva, controlar la hipertensión no solo consiste en tomar la medicación indicada, sino también en identificar y reducir todos aquellos factores que puedan elevar la presión. Mantener una buena comunicación con el médico, adoptar hábitos saludables y ser conscientes de lo que consumimos es clave para proteger el corazón y disfrutar de una vida más larga y saludable.


 
 
 

Comentarios


bottom of page